Como mi primera novela se puede encuadrar en la categoría "juvenil", me ha dado por recordar los libros de ésta que leí hace ya tantos años. Yo leía mucho y es algo que trato de inculcar a mis hijos, pero hoy en día es muy complicado conseguirlo; es más fácil postrase ante una pantalla, qué duda cabe, pero hay tantas cosas que aún no salen en ellas...
Recuerdo con especial cariño la Biblioteca Juvenil de Salvat. Eran 100 novelas de longitud variable, que englobaban a multitud de autores de diferente estilo, pero todos centrados en las historias juveniles. En esta biblioteca, escribo de memoria, pues no son horas de subir a buscarlos al desván... En esta biblioteca, decía, había títulos tan conocidos que llegarían a tener su versión filmográfica, como La Historia Interminable y Momo, de Michael Ende, Una arruga en el Tiempo, de Madeleine L'Engle, El Mago de Oz, de Lyman Frank Baum o Un Puente a Terabithia, de Katherine Paterson. Todos ellos mejores sobre el papel, aunque el tiempo y la impresión causada me hicieron olvidar el último, lo cual se encargó la película de remediar y de volver a hundirme en la miseria.
Son muchos, muchísimos, si te paras a pensar. Van saliendo uno tras otro y ahí te das cuenta de todo lo que habías alojado en un rincón de tu cerebro esperando un nuevo despertar que, quién sabe, quizá pueda aprovechar para recuperar, ahora que tengo a quienes les puedan interesar.
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